domingo, 31 de enero de 2010

La Alianza, el PRI y los intelectuales.

En la web y en twitter los periodistas e intelectuales hablan desde la comodidad de sus escritorios sobre "lo aberrante" que son las alianzas entre el PAN y PRD en el interior de la república. El hecho de que dos fuerzas políticas con ideologías tan distintas echen a un lado sus diferencias por ganarle al cacicazgo que el PRI mantiene en los estados es un acto de vida o muerte políticamente hablando.

En Hidalgo es imposible competirle de tu a tu a un competidor tan desleal como lo es el revolucionario institucional que utiliza toda su maquinaria gubernamental para conseguir los votos de sus gobernados. La compra de votos, el condicionamiento de despensas, el robo de urnas y hasta imponen a sus personal en puestos claves en los Institutos Estatales Electorales para que se impugnen algunas casillas.

En las pasadas elecciones para diputados el gobierno del estado ocupó el programa alimentario para condicionar el voto y con el cual, consiguió arrasar con todas las diputaciones en todos los distritos electorales. http://impreso.milenio.com/node/8659503

En un estado tan pobre no hay el liderazgo suficiente para poder hacerles frente y generar un cambio. Las acciones de gobierno son las mismas desde hace 60 años y lo único que llega para modernizar a este estado son las actividades que hacen en el Distrito Federal o en otras ciudades Importantes.

Un ejemplo es el Gobierno de Francisco Olvera que al Igual de cómo empezó López Obrador, construye puros puentes vehiculares para "demostrar" que está haciendo algo por la ciudad. Copió el programa del Alcoholímetro implementado en la ciudad de Querétaro hace 4 años y así con los demás programas.

El PRI ya prepara la ofensiva y la maquinaria está lista para ganar la elección del próximo 5 de julio, a menos que se junte toda la oposición y los saque. Aunque a los intelectuales se les amargue la cena en Polanco.

Evangélicos regresan a sus casas tras 7 meses

Las 6 familias evangélicas de la comunidad de los parajes regresaron a sus hogares después de siete meses de que las autoridades comunales los expulsaran por profesar una fe diferente a la religión católica.

A las 10 de la mañana del pasado miércoles, Enrique García junto con las otras 31 personas finalmente abandonaron la vivienda de la colonia Anahuac en Huejutla, y en presencia del secretario de Agricultura, Manuel Sánchez Olvera, retornaron a sus casas.

Samuel Noguera, representante legal de la Iglesia Evangélica Misionera, aseguró que lo religiosos pudieron regresar a sus casas y a sus tierras de cultivo debido a que se firmó un nuevo convenio, donde se protege los derechos de los indígenas afectados.

Sin embargo, el regreso a la comunidad de Los Parajes no se debió a la acción gubernamental, ya que ni las autoridades municipales, ni estatales, pudieron revocar la palabra de Enedino Luna quien fue delegado comunitario y quien dio la orden para amarrar y golpear al pastor Enrique García.

Durante ese tiempo, ni el alcalde, Alejandro Nava Soto, ni el gobernador del estado, fueron a visitarles personalmente y cuando los agraviados acudieron a la capital para poder exponer su caso, fueron recibidos por funcionarios de segundo nivel.

En la comunidad, se dieron cuenta del abuso al que fueron sometidos los evangélicos y a pesar de que más del 85 por ciento estaba de acuerdo de que regresaran a trabajar sus tierras y a criar sus animales, no podían hacer nada pues estaban bajo las leyes de Enedino Luna, ahora ex delegado en la región.

Pasados más de 5 meses, las autoridades del estado se apresuraron a resolver el conflicto hasta después de que la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) absorbiera el caso; sin embargo, el mismo Rafael Noguera aceptó que él no le facilitó la investigación a la dependencia federal, porque "entorpecía las negociaciones".

Fue hasta que llegó el tiempo para que se renovara al delegado de la comunidad de Los Parajes para que este determinara que las 32 personas pudieran regresar a su casa y se firmara un papel "garantizando" su bienestar.

"El día de ayer ya entraron las familias a su comunidad bajo un convenio de respeto, bajo un convenio de colaboración y un convenio de hermandad", expresó Samuel Noguera en entrevista.

Entre los convenios que se firmaron, según el representante legal, está la libertad de culto por parte de los religiosos, además de otros beneficios que están plasmados en las garantías individuales de la Constitución Mexicana.

"Hay una minuta donde se va a respetar la pluralidad, su religión, su trabajo, su tierra y en este documento se avanzó bastante y quedó bien bonito", aseveró Noguera y añadió que ahora hay una apertura en la comunidad por lo que se respira un espíritu de respeto, por lo que ahora lo que les queda a los religiosos es "ponerse a trabajar y dejarse de problemas".

El documento se firmó por las nuevas autoridades ejidales y en presencia del Secretario de Agricultura, Manuel Sánchez Olvera, quien fungió como intermediario en la últimas negociaciones.

Ahora, el gobierno del estado les brindará apoyos para que regresen a sus casas y puedan recuperar lo perdido, pues en los 7 meses las familias perdieron 3 cosechas de piña y jícama, por lo que sus ingresos se vieron disminuidos afectando el porvenir de 32 personas.

Anteriormente, el mismo Noguera había advertido que las autoridades de la Secretaria de gobierno le ofrecieron una serie de apoyos para solventar las perdidas de los religiosos, entre las que se encontraba el pagarles sus cosechas de manera íntegra.

Ahora, Enrique García y sus familias tomaron una camioneta y llenaron la poca comida que les quedaba en el albergue, para irse a casa, la que nunca debieron dejar y a la que las leyes y las autoridades debieron proteger. Pero para Enrique no hay rencor y sólo le da gracias a Dios por haberles devuelto sus tierras en las que están enterrados los ombligos de sus abuelos, padres y hermanos. En las tierras que quiere morir.

La poca ayuda de Alejandro Nava Soto

••• Los evangélicos llegaron a la escuela Benito Juárez en el centro de Huejutla después de que fueron expulsados, donde recibieron el apoyo de su congregación con alimentos y cobijas, y donde dormían en dos salones de clases.

Después, el ayuntamiento les brindó una modesta casa con un solo baño y 3 cuartos, donde los varones tenían que permanecer parados en las noches, pues no había espacio para todos.

Además de que hubo días en que e solamente tienen cinco kilos de tortillas y dos kilos de frijoles para comer y las medicinas brillaban por su ausencia.

Según Noguera, cuando fue a platicar con el presidente municipal le dijo que no podía hacer nada, ya que en esa comunidad "amarraban y golpeaban a la gente, por lo que le pidió que fueran con el gobernador del estado, Miguel Osorio Chong, para que lo amarraran a él".

Hoy día, Samuel Noguera le agradeció al gobernador su intervención en el caso para que los afectados regresaran a sus casas y pudieran gozar de los derechos mínimos que emanan de la Constitución. Para el pastor y representante legal, esto, el retorno, fue un hecho digno de ser recordado por las acciones sufridas durante varios meses y por lo que resultará en un trabajo en la comunidad.


http://impreso.milenio.com/node/8711668