En un operativo sorpresa, poco antes de las 11 de la noche alrededor de 400 elementos de la Policía Federal ingresaron en la subestación eléctrica de Santa Julia para garantizar el servicio eléctrico en la zona metropolitana de Hidalgo, debido a la amenaza del Sindicato Mexicano de Electricistas de parar labores, si no reconocían a Martín Esparza como líder nacional.
Unos 10 minutos antes, personal de la Compañía Federal de Electricidad ingresó al recinto para sustituir a los trabajadores de Luz y Fuerza, que habían amagado con dejar sin luz a más del 70 por ciento de la población del estado.
En ese mismo momento, el líder de los electricistas en Hidalgo, Luis Espinoza López, se encontraba en el palenque de la Feria, donde se presentó la cantante Ana Gabriel.
A las 23:50, dos camionetas con una veintena de policías salió de la subestación para dirigirse al edificio de Cubitos, donde se encuentran otras oficinas, sin embargo las instalaciones no fueron tomadas.
La intervención policiaca en LyFC, obligó a que personal de la compañía fuera llegando poco a poco, para ver la cantidad de elementos federales que se encontraban en su lugar de trabajo, mientras escuchaban por la radio que la compañía ya no existía más.
Bajo la noche los uniformados resguardaron el inmueble. Foto: Eduardo Jiménez
Interrogados, les preguntaban a los ocho uniformados que custodiaban el acceso principal, pero los policías no daban palabra alguna a los trabajadores.
Algunos de los empleados salieron por sus compañeros para agruparlos en los alrededores, sin embargo, los comentarios de los presentes era de que ya se había dado "el primer zarpazo" por parte de los policías federales.
Un automóvil de LyFC, que utilizan para atender emergencias, ya no puedo ingresar a la subestación, por lo que se quedó en el estacionamiento destinado para los usuarios.
En la página de la Secretaria de Gobernación, en el Diario Oficial de la Federación, se publicó la liquidación de la compañía Luz Y Fuerza del Centro, confirmando los rumores de los miembros del sindicato de los Electricistas.
Los policías se concentraron en el patio central del inmueble, mientras que personas cercanas al sindicato recorrían los al rededores de la subestación para averiguar cuántos uniformados estaban en el territorio de la compañía.
Mientras tanto, en las oficinas del sindicato ubicadas en Trigueros, se reunían los empleados para saber la estrategia a seguir para contrarrestar el movimiento de la Policía Federal, además de sacar los vehículos de la compañía para realizar las movilizaciones.
En el interior, los elementos policíacos recibían órdenes y se distribuían por las diferentes oficinas con sus escudos y macanas; algunos de los uniformados contaban con lanzagranadas lacrimógenas, para repeler las posibles agresiones de los sindicalistas.
Un empleado con su chamarra, roja con las siglas del sindicato, observó a lo policías y les dijo a sus compañeros: "Tranquilos, ya sabremos resolver esto".
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